sábado, 19 de julio de 2014

Errores comunes y que debes evitar a toda costa al escribir tus ensayos de admisión

El error más común en los ensayos de admisión

Un error común y casi siempre fatal entre postulantes a posgrados es el crear el paquete de admisiones de manera apresurada. Le dedican varios meses a la preparación del GMAT o GRE y sólo un fin de semana para escribir sus ensayos. Sin embargo, es ingenuo creer que  los ensayos son la parte más sencilla y rápida del proceso y que en un fin de semana podrás generar ensayos exitosos.
Los ensayos son tu oportunidad para presentarte ante el comité de admisiones, y es esencial utilizarla para subrayar tus diferencias frente a otros candidatos con un puntaje similar al tuyo, una carrera o promedio parecido, o experiencia profesional semejante. Además, son el espacio ideal para aclarar cualquier duda que los otros requisitos generen acerca de tus posibilidades de admisión. Los ensayos además deben tener impreso tu sello y voz personal, mostrar tu carácter y tus aspiraciones.
El generar tu solicitud de admisiones de una manera apresurada es problemático por varias razones, pero en especial por las siguientes:

  • Las preguntas de los ensayos no tienen una única respuesta correcta.
Para escribir ensayos que te diferencien de otros candidatos necesitas no sólo tener clara las habilidades y experiencias que te distinguen, sino también mostrar que has reflexionado en las preguntas específicas de la solicitud de admisiones. Para lograr mostrar lo anterior, elige las historias que no sólo te presenten en una mejor luz, sino que demuestran madurez, profundidad, auto conocimiento y reflexión. Cuando elaboras con tiempo varios borradores, es común modificar la historia que seleccionaste inicialmente al recordar después de haber escrito el primer borrador una mejor anécdota para ilustrar la habilidad, pasión o experiencia que quieres ejemplificar. El proceso para desarrollar tu narrativa: el hilo conductor que une toda tu postulación, la luz bajo la cual quieres que te conozca el comité de admisiones, puede y debe cambiar como resultado de tu reflexión con las preguntas o temas de los ensayos. Si elaboras tu aplicación de manera apresurada pierdes la oportunidad de mejorarla y corres el gran riesgo de entregar algo incompleto o que no logre proyectarte de la mejor manera.

  • Identificar la mejor respuesta según tu perfil o narrativa exige un proceso de introspección y de reflexión en los temas de los ensayos.
Los temas o preguntas de los ensayos son personales. El comité de admisiones quiere conocer sobre ti, qué te mueve como persona, y por qué serás no sólo un buen alumno, sino un buen compañero de clase. Por ejemplo, uno de los ensayos para solicitar admisión al MBA de Stanford te pide que respondas la siguiente pregunta: ¿qué es lo más importante para ti y por qué? El MBA de Stanford admite al 7% de los postulantes. Esta pregunta, que puede hacer o deshacer tu posibilidad de admisión, merece que le dediques más de un fin de semana. Es más, es muy probable que los estudiantes que estarán arribando al campus californiano en Agosto hayan pensado mucho y durante bastante tiempo como responder adecuadamente esta pregunta. Otra pregunta que aparece frecuentemente en las solicitudes de admisión te pide contar al comité de admisiones algo de ti que sorprenderá al resto de tus compañeros de clase. Esta pregunta busca conocer otra faceta de tu perfil, un aspecto que no se logra evaluar claramente con tu hoja de vida, calificaciones, cartas de recomendación o puntajes en el examen. Elegir la anécdota adecuada, de las muchas que puedes tener en mente, para distinguirte positivamente de los otros miles de postulantes no es asunto sencillo.

  • El crear una solicitud con tiempo te permite corregir el rumbo, y en caso que sea necesario generar mejores historias para narrar en los ensayos.
Otro aspecto problemático de elaborar los ensayos en un fin de semana es que no te das la oportunidad de generar mejores historias y te ves obligado a hablar solamente de lo que tienes al momento de comenzar a escribir. Para poder responder una pregunta de manera convincente es necesario brindar ejemplos concretos. No puedes hablar sobre tus pasiones y objetivos como si fueran solamente proyectos a futuro, debes demostrar con tus acciones pasadas y presentes que no estás construyendo castillos en el aire, y que tus palabras son coherentes con tus acciones. No hay mejor manera de convencer de tu potencial al comité de admisiones que con ejemplos concretos que muestren ese potencial. El creer que no necesitarás por lo menos “afinar” tu perfil es poco realista; sobretodo tomando en cuenta que tu competencia, los postulantes de otras culturas, llevan preparando su aplicación con varios años de anticipación. Debes saber además que varios de los postulantes que serán tu competencia se preparan con Scholastica  y llevan meses trabajando con guía y de manera estratégica para generar ejemplos e historias concretas que les permitan presentar una solicitud competitiva y presentar su caso bajo la mejor luz.

  • Si escribes tus ensayos en un fin de semana, difícilmente tendrás tiempo de analizar tu solicitud de una manera integral.
Los comités de admisiones no sólo ven tus ensayos, sino también leen tus cartas de recomendación, evalúan tus puntajes del GRE o GMAT y TOEFL, conocen tus calificaciones y analizan tu experiencia profesional. Ellos no interpretan los requisitos de admisión de manera independiente: es el conjunto de éstos los que en el agregado les brindan una imagen holística de cada postulante. No cometas el grave error de considerar los requisitos de tu aplicación de manera aislada.  Al escribir los ensayos de manera apresurada y en un sólo fin de semana pierdes la oportunidad de generar una conversación entre los distintos requisitos, retroalimentándolos por ejemplo con la información y perspectivas de tus cartas de recomendación y tu hoja de vida. La gran mayoría de las aplicaciones que se caen lo hacen por que generan dudas al comité de admisiones. Las dudas se pueden evitar si en lugar de trabajar de manera independiente con cada uno los requisitos, entiendes que éstos son las piezas de un mismo rompecabezas y que tu aplicación no está completa hasta que unes las piezas y evalúas el rompecabezas ya armado.

Rehuye las malas prácticas:
Existen consultorías que ya sea demostrando un profundo desconocimiento del proceso de admisiones o aprovechándose del desconocimiento de los estudiantes sobre el proceso, dan asesorías para desarrollar los ensayos de admisión en un fin de semana. Cobran su asesoría como si estuvieran dando un servicio elite y los estudiantes que los contratan, engañados por la propaganda, pagan mucho dinero por una guía apresurada e incompleta que en realidad no les va ayudar a obtener lo que necesitan: la carta de aceptación a la universidad de sus sueños.
Para obtener consejos realmente útiles que te distingan de tu competencia es fundamental no sólo que quien te asesore conozca del proceso de admisiones y las universidades, sino que te conozca a ti. Generar la narrativa (el hilo conductor que une una aplicación exitosa o la imagen que se proyecta de ti a través de todas las piezas del rompecabezas) toma tiempo, y varias reuniones. Los ensayos te exigen auto conocimiento e introspección, lo mínimo que debe tener quien busca ayudarte es el tiempo para conocerte, para identificar y evaluar las historias, anécdotas, aspiraciones o aspectos de tu personalidad que se deben recalcar en tus ensayos. Este conocimiento debe ir más allá de lo que tú puedas decir de ti en un reunión express.
Recuerda además que el proceso de admisiones es integral. El aconsejarte sobre tus ensayos sin conocer los otros requisitos o incluso sin ofrecerte recomendaciones sobre cómo mejorar los otros requisitos para que apoyen lo que escribes en los ensayos, otorga una visión miope y descuadrada de tu perfil, lo que en el mejor de los casos genera confusión, y en el peor, sospechas. Por lo tanto, puede resultar contraproducente el trabajar con alguien los ensayos de manera aislada e independientemente, sin considerar el resto de tu aplicación.
Finalmente, debes de entender el proceso de admisiones como un proceso, y no perder de vista la razón por la que lo estás llevando acabo (y estás pagando por la asesoría): para ser aceptado. Es bastante usual que un buen candidato que no dedicó el tiempo o no tenía orientación de cómo preparar su proceso, no sea al momento de aplicar un gran candidato; pero con una guía estratégica que le permita afinar su perfil pueda no sólo ingresar a su programa objetivo, sino incluso a un mejor programa. Si trabajas con alguien que te dedica sólo un fin de semana y sus entregables son limitados, esta persona no tiene ningún incentivo para ayudarte a decidir de una manera más informada qué es lo que más te conviene: aplicar ahora (con el asegún de ser aceptado) a un programa de menor calibre, o aplicar con tiempo (y ser aceptado) a un mejor programa. El trabajar sólo un fin de semana crea un conflicto de intereses, tu asesor quiere que apliques lo más pronto posible (en ese fin de semana), y por lo tanto que apliques con lo que ya tienes (si te aceptan o no es para él algo circunstancial). Tú por tu parte quieres ser aceptado y debes estar dispuesto a afinar tu perfil para incrementar tus posibilidades de admisión a los mejores programas.